lunes, 29 de diciembre de 2008

Desafinado...




Y me torturo por ello.


Tal vez retrasar lo inevitable es absurdo. Sólo tú puedes hacerlo, sólo en ti está la respuesta. El problema es mi paciencia, que no sabe si es que no puede o es que no quiere seguir esperando.



El eterno vaivén ya marea. Me cansa, me aburre, me quema...

martes, 23 de diciembre de 2008

La Navidad es una mierda


Así de claro.


Me entra urticaria solo de pensar que estos días todo el mundo te quiere porque en Navidad hay que quererse. ¿Ah, sí? Pues ME LA PELA.

Me jode que haya que utilizar una excusa para no abofetearle la cara al que tienes al lado sólo porque es Navidad. Me jode ver familias desunidas haciendo un esfuerzo en Nochebuena para no discutir, mientras de sus hipócritas caras subyace todo lo contrario.

Y me jode que quien me tiene que querer (que según él, lo hace) decida tirar la toalla antes de empezar la carrera. Entérate: así no se quiere. No hagas más cierto el refrán de "Quien bien te quiere te hará llorar", aunque ya me hayas jodido las vacaciones. ¿Era mucho pedir que esperaras a que pasaran los Reyes? Buen regalo, sí señor, no sé si de Oriente (como lo que ahora te alimenta) pero seguro que no me merecía este "premio gordo" del sorteo de Navidad. Qué pena que nunca leerás esto...

Qué pena tirar lo único bueno que tenías, qué pena anteponer la mierda a la felicidad, qué pena que seas tan testarudo.... Qué pena que no vayas a volver.





"Qué más da si al final todo me sale siempre bien... del revés" (Extremoduro)

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Cadáveres exquisitos

El viento nunca hace de mi aquello que siento
...como mi piel se congela cuando te tengo cerca.

Cerca de ti, acariciando tu sutil cuerpo, bebiendo
intenté olvidar las perdidas batallas

con soldados sin armadura, con caballeros sin
miedo, sintiendo que la suerte está contigo.

¿Por qué contigo? Quizás porque te amo a
propósito de tu forma de pensar

...en nada y a la vez en todo
...todo queda entre nosotros.

Siempre preguntaremos al viento cuánto dura un
día que tal vez no termine en

tu cuerpo, que para mi es
como quedarse sin dinero en verano, cuando

mi llanto se siente solo, cuando mi llanto te nombra a ti.



Jesús I El Sabio & Kenya

domingo, 14 de diciembre de 2008

Esto es Cádiz... y aquí hay que mamar

Pues eso.

Esto es una "oda" a la improvisación. De cómo cambiar los planes a última hora. En principio, el destino era la playa de Matalascañas, a la que hubiéramos ido mi esposa y yo de viaje de novias si no estuviera lloviendo. Y claro, nuestra inteligencia artificial nos hizo pensar que allí también llovería... pero en Cádiz no (¡no preguntéis de dónde salió ese razonamiento porque aún estoy intentando averiguarlo yo!).

Y allí nos presentamos. El camino fue tortuoso (6 euros de peaje me parece excesivo), no sólo para nosotras, sino para los que circulaban por el mismo sentido, ya que en cierto punto del camino de cuyo nombre no consigo acordarme, un trozo de puente se cayó, asfalto y pilares incluidos. Llegamos a las 3 de la tarde y, bajo el preludio del diluvio universal, nos hicimos los bocadillos debajo de un techado. La escena era para foto: dos tías en la calle uno de los cuatro días que llueve en Cádiz (que ya hay que ser gafe), haciéndonos un bocadillo cual mendigas en día de fiesta. El atuendo no tenía precio: vaqueros empapados hasta las rodillas, sudaderas rojas, con gorro puesto y, en mi caso, con una gorra deportiva también debajo del primero.

Así llegamos a un bar de camareros majos (aplaudieron mi camiseta culé) donde tenemos pensado volver después de exámenes, ya cuando vayamos toda la family (Men, Laura's, ¿Jesús y María?). [Por cierto, feliz tetraniversario, Men] Mojadas hasta las trancas (y no por haber visto a ningún pivón) nos montamos en el coche, dimos toda la vuelta por el paseo marítimo (precioso, por cierto) y retomamos el camino de vuelta. Hora y pico cantando desde Bon Jovi hasta La Lambada (así se entiende mi afonía de hoy).

Por la noche quedé con mi amigo Jesús I El Sabio, para ver el clásico. Partidazo de mi Barça, que mereció más. Cenita en el Burriquín y vuelta a casa. Nos quedamos hasta las 4:30 de la mañana viendo los Marcatoons.

Y ahora me acabo de levantar. Creo que voy a despertarle, que me aburro.


Nos vemos en los bares.

martes, 9 de diciembre de 2008

Pajas mentales a las 3 a.m.

Tras el maravilloso fin de semana, futbolística y musicalmente hablando (el Barça se paseó ante el Valencia, el Madrid fue humillado en casita y mi trabajo como señora del merchandising en el concierto de Naked NaNa), el puente inexistente para mi termina esta noche. Y digo inexistente porque si no me voy pa mi patria, pa mi no hay puente.

Me encuentro acompañada de mi maravillosa Laurita Zaragoza, la cual ha hecho gala de su cerebrito ya exprimido a estas horas y ha soltado lo que será la perla de la semana (y quién sabe si de el curso también). Inspirada en el trailer de El Brau Blau y en la actuación de los hermanos Vivanco (torso desnudo mezclado con el flamenco en la sangre sobre melodías clásicas), la nena ha pensado en subir al despacho del señor Vázquez (el pivón que nos da Derecho, pa más señas, porque seguro que la mayoría olvida su nombre al mirar su entrepierna) y decirle: "Tenemos un problema. No sabemos si es que estamos cachondas perdidas o no hemos salido de la edad del pavo".

Y pasarle el muerto a él con opción a respuesta (puede aprovecharse de nuestra inexperiencia adolescente en el caso de).

Ahí queda eso. Sencillamente brillante.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Baches

Baches.

Camino, y más baches.


Estoy forjando una armadura de asfalto.

Baches...

Buscaba la luz al final del túnel y no me atrevo a decir que la he encontrado. Confío en mi. Confío en ti. Sólo así puedo seguir en la carretera.

Antes me derrumbaba. Ahora no tengo miedo al fracaso, porque no hay mayor fracaso que no haberlo intentado. Eso escuché tantas veces... y por fin me lo creo.

Baches. No rehuiré, no tomaré atajos fáciles. Allanaré todos los caminos para continuar...

Y mi alma de alquitrán se forjará a cada paso.

Baches...

Ya no los temo.